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La académica Olga Bustos escribe este artículo como celebración de la aceptación, por mayoría de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal , de la despenalización del aborto, o sea que a partir del 24 de abril de 2007, dejó de ser un delito la interrupción del embarazo durante las primeras doce semanas de gestación, y no requiere de una justificación puesto que es una elección voluntaria de las mujeres. La reforma al Código Penal para el Distrito Federal también promueve que el gobierno aplique políticas integrales en educación y capacitación de la salud sexual, el ejercicio de los derechos reproductivos, la prevención de embarazos y la maternidad y paternidad responsables. Recordemos que el aborto es un fenómeno perteneciente a la condición de la mujer a lo largo de la historia. Ya en la Grecia Clásica, Aristóteles e Hipócrates escribían sobre métodos abortivos y es en la Edad Media que tiene sus orígenes el método por aspiración uterina. Los aztecas practicaban el aborto mediante plantas y técnicas propias, con lo que podemos notar que la despenalización no promueve el aborto, sino que alude al carácter laico del Estado Mexicano, que debe garantizar la autonomía sobre el cuerpo como derecho a una vida digna. Inmediatamente a la despenalización, se prepararon 15 hospitales en los que se podía desarrollar la práctica adecuadamente, recordando que es menos riesgoso el aborto que el embarazo y el parto, y puede ir acompañado de una asesoría psicológica (aunque curiosamente recurren más a psicólogos las mujeres a las que no les fue permitido el aborto que las que sí).