La maternidad es una decisión, es un opción que conlleva responsabilidad importante dado que requiere educación en el desempeño de la función materna y paterna, ya que no se nace sabiendo ser madre o padre, afirma la Dra. Graciela Hierro en este breve artículo; en el cual deja claro que es necesario que las mujeres deban superar el prejuicio de ser sujetos de sentimientos y que los hombres sean los dotados de la racionalidad y la eficacia laboral, política, entre varias más. Señala que aquellas mujeres que tienen éxito en el ámbito laboral no necesariamente son malas madres, y no sólo la buena madre es aquella mujer abnegada; sino plantea que debe existir cambios que permitan acceder al reconocimiento del trabajo que debe ser conjugado con su tarea maternal, ya que el fracaso profesional sobreviene cuando las tareas y responsabilidades femeninas - es decir, ser hija, esposa o madre-, se oponen a su realización y desarrollo debido al sacrificio en aras de esas supuestas responsabilidades tradicionales al parecer imperativas.

Forma parte de la colección de los escritos de la Doctora Graciela Hierro del Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM.

Disponible en: PRONAM : boletín del programa nacional de la mujer Año 1, n.1 (mayo-junio, 1997), p. 3

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