En el año 2000 el Instituto Nacional de las Mujeres asumió la misión de hacer de la equidad de género un medio indispensable para el desarrollo de nuestro país, logrando que la inclusión de las mujeres permitiera una nueva definición de la ciudadanía, más completa y más equitativa. En este sentido uno de los resultados más significativos es el programa de transformación de la cultura institucional para modificar normas, políticas y el funcionamiento de las instituciones a favor de la equidad de género. Mediante un estudio participativo de la Administración Pública Federal, estableció las nuevas líneas de acción, selección de personal, y estructura por género, de los mandos medios, salarios, tiempo y jornada laboral, accensos y oportunidades de capacitación cuidado de las hijas e hijos y acoso sexual entre otros.