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En este breve ensayo, Amalia Castillo Ledón nos permite ver su posición frente a una de las artes más bellas como es la poesía, afirmando que “la poesía y los poetas, existen en la paz y en la lucha” rescatando la belleza y la universalidad de este arte. No obstante, afirma Ledón, que la poesía en América es una poesía distinta por este cruce de razas que se ha logrado conformar una nueva poesía, y que dentro de ella se encuentran las mujeres quienes con su pluma y animadas por “el soplo vital de la poesía nueva”, intentan decir un mensaje con belleza y libertad, y sin embargo, afirma la autora, son “esclavas de su época (...) pudorosas de sus pensamientos, de sus palabras y de sus más íntimos sentimientos.” No obstante, en el caso de México, rescata nombres de poetas como Sor Juana Inés de la Cruz, quien la describe como una prodigiosa figura lírica, y pese al gran silencio en las letras femenina que dejó su muerte, fue hasta el siglo XIX, cuando surgen Isabel Prieto de Landázuri, Laura Mendez de Cuenca, Refugio Barragán de Toscano, Esther Tapia de Castellanos, Isabel Pesado y otras mujeres que hacen su aparición dentro del movimiento modernista de América que iniciaron Julian de Casal y José Martí en Cuba; Rubén Darío en Nicaragua, y Manuel Gutiérrez Nájera en México. Y pese a que reconoce que este movimiento solo logró el impulso y no la audacia de las letras, fue más tarde que surgió una nueva generación de poetisas entre las cuales figuran María Enriqueta, Julia D. Febles, Josefa Murillo, Emmi Ibáñez, María Luisa Ross, Dolores Bolio y otras más, que lograron con sus letras el rompimiento de viejos y gastados moldes de la poesía sentimental, siendo así, en palabras de la propia Amalia, el nacimiento de un semillero de “escritoras jóvenes, fuertes, valientes con un perfecto de sentido de la vida y responsabilidad artística.”

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Ensayo