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Este texto tiene la intención de esclarecer la postura de las escritoras de la revista La siempre viva, con respecto a un tema novedoso para la década de los setentas: la emancipación de la mujer. Rita Cetina señala que no debe entenderse a la emancipación de la mujer como un acto que separe a la mujer del dominio moral del hombre, más bien ella señala que ambos poseen las mismas facultades intelectuales, razón y sentimientos, por lo tanto el trabajo debe ser dividido entre ambos tanto mental como materialmente. Asimismo la autora propone que el único medio para ilustrar a la mujer es ilustrarla, entendiendo este término como el aprovisionamiento de la instrucción necesaria para cultivar su razón y su inteligencia ya que, sólo a través de ello, aprenderá a discernir de lo malo y a amar lo bueno, como lo señala Cetina Gutiérrez.

Artículo de periódico