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Este artículo reflexiona sobre la ocultación de las mujeres en el lenguaje español, lo que hace visible que se le da a nuestra lengua un uso sexista que muestra discriminación y violencia de género. La autora Olga Bustos comienza por explicar a la cultura como intérprete y de la diferencia sexual de los humanos a partir de los intereses y necesidades de la sociedad, esta interpretación es androcéntrica, pues concibe al mundo como hecho para los varones, por lo que hay un predominio de lo masculino sobre lo femenino que se transmite culturalmente, y generacionalmente en la crianza como un trato desigual en razón del sexo que desemboca en una estructura mental sexista. El paradigma de lo humano se ha vuelto el hombre, por eso existen muchos hombres “notables” que en el uso de su lenguaje expresan sexismo y misoginia; tal es el caso del predicador Zaratustra, el filósofo Aristóteles y el reformista Lutero o el mismo diccionario de la Real Academia Española. La propuesta de Olga es dejar de usar al Hombre como categoría universal y utilizar el lenguaje de manera no sexista.

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