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Libro

Este libro de Eli Bartra plantea la existencia de un arte femenino y la innegable operación de mecanismos ideológicos dentro de la creación artística, lo que quiere decir que el sexismo atraviesa el trabajo de artistas, y desenmascara la no neutralidad del arte que se pretende neutro igual que la ciencia, pero que está igualmente condicionado por la ideología dominante, la visión androcéntrica. Si bien es cierto que la obra en sí misma no tiene sexo, o clase social, si se pueden manifestar estos elementos en la materia prima o el reconocimiento de las obras, la gran importancia histórica de algunas obras muestra la desvalorización de otras; las artistas al igual que las mujeres en la universidad, no “suben” por la pirámide jerárquica de las instituciones, es por eso que el feminismo se encarga de tomar conciencia de la opresión y, según la autora, va a la búsqueda de una sociedad socialista. Finalmente Bartra analiza la obra de Frida Kahlo y da cuenta de que ésta es inseparable a la vida de la artista; por otro lado tiene la obra de Diego Rivera quien es un hombre en relación directa con Frida, por la relación amorosa que entablaron, y cuya concepción histórica y el papel que le concede a la mujer está más cercano al cristianismo que al socialismo que él proclamaba, inclusive en sus murales populares no aparecen muchas mujeres en las escenas de violencia. Eli Bartra termina por no concluir y apuntar que las obras que se consumen han sido las conocidas y reconocidas tradicionalmente.