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Capítulo de libro

En este breve texto a modo de ensayo, Eli Bartra junto con Adriana Valadés, se preguntan si efectivamente existe una naturaleza femenina, puesto que hacer esta pregunta sería como volver a los tiempos en que la Iglesia católica se pregunta sobre el alma femenina, o suponer que el “ser” femenino está biológicamente determinado. Si bien es cierto que existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres, sobre las que se fundó la división social del trabajo, esto no quiere decir que haya una naturaleza femenina, tal vez si una femineidad construida, sí no también habría que preguntarse sobre la naturaleza humana masculina. Darse cuenta del caracter mistificador de la ideología, nos permite ver la condición humana inauténtica, y es a través del feminismo que las mujeres pueden luchar conscientemente contra el sistema opresor, obteniendo asimismo cierta autonomía del movimiento. Dejar de hablar de naturaleza femenina permite dejar de polarizar los géneros y buscar una fuerza innovadora del movimiento feminista que abogue por una relación genuina entre ellos.