Ética y derechos de las mujeres / Graciela Hierro Pérez-Castro.
Tipo de material: Archivo de ordenadorMéxico, 1997Descripción: 1 recurso en línea (4 páginas)Tipo de contenido: referencia Tipo de medio: computadora Tipo de portador: recurso en líneaTema(s): Ética | Derechos de las mujeres En: GénEros, Año 4, núm. 11, octubre, México, 1997Tema: Para Graciela Hierro, hablar de derechos humanos es referirse al fundamento último del humanismo, porque éste considera la dignidad de las personas como el sustento de las relaciones entre los géneros, y por lo tanto, los derechos humanos son acordados desde la condición humana de ver al otro como un yo mismo. La autora propone en este artículo la urgente reflexión respecto a los derechos de las mujeres para el desarrollo de relaciones entre los géneros femenino y masculino más igualitarias; reconociendo la importancia del pensamiento feminista en la defensa de dichos derechos. Hablar de los derechos de las mujeres, plantea Hierro, es tener presente la negación de las mujeres a la naturaleza humana, donde el hombre es el paradigma del ser, el saber, el hacer y el merecer; hecho que se expresa, en este caso, en los derechos humanos donde están presentes una serie de contradicciones que existen en tanto en la teoría como en la práctica, y que revelan la carencia de los derechos de las mujeres dado que la igualdad entre géneros se reconoce apenas en el siglo XX. Hierro apunta que el movimiento feminista al ser una ideología política que argumenta que las mujeres y los hombres deben tener igualdad de roles en la sociedad, comenzó a realizar esfuerzos para la defensa de los derechos de las mujeres, asimismo rescata el pensamiento y la defensa de los derechos de las mujeres realizado por Poulain de la Barre, Olimpia de Gouges, Condorcet como Mary Wollstonecraft, hasta el movimiento de mujeres que surgió en 1970. No obstante, la autora afirma que no basta que las mujeres reclamen y defiendan sus derechos, si al mismo tiempo no se visualizan e integran como pares, iguales y completas con los hombres en la sociedad, para participar en la transformación de su realidad, donde la justicia, la dignidad y responsabilidad constituyen la base sólida que oriente la visión final de los derechos humanos.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Clasificación | Copia número | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | Reserva de ítems |
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Feministas Mexicanas | Feministas Mexicanas Feministas Mexicanas | General | 1 | Estantería cerrada | F15-178 |
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Artículo de revista
Para Graciela Hierro, hablar de derechos humanos es referirse al fundamento último del humanismo, porque éste considera la dignidad de las personas como el sustento de las relaciones entre los géneros, y por lo tanto, los derechos humanos son acordados desde la condición humana de ver al otro como un yo mismo. La autora propone en este artículo la urgente reflexión respecto a los derechos de las mujeres para el desarrollo de relaciones entre los géneros femenino y masculino más igualitarias; reconociendo la importancia del pensamiento feminista en la defensa de dichos derechos. Hablar de los derechos de las mujeres, plantea Hierro, es tener presente la negación de las mujeres a la naturaleza humana, donde el hombre es el paradigma del ser, el saber, el hacer y el merecer; hecho que se expresa, en este caso, en los derechos humanos donde están presentes una serie de contradicciones que existen en tanto en la teoría como en la práctica, y que revelan la carencia de los derechos de las mujeres dado que la igualdad entre géneros se reconoce apenas en el siglo XX. Hierro apunta que el movimiento feminista al ser una ideología política que argumenta que las mujeres y los hombres deben tener igualdad de roles en la sociedad, comenzó a realizar esfuerzos para la defensa de los derechos de las mujeres, asimismo rescata el pensamiento y la defensa de los derechos de las mujeres realizado por Poulain de la Barre, Olimpia de Gouges, Condorcet como Mary Wollstonecraft, hasta el movimiento de mujeres que surgió en 1970. No obstante, la autora afirma que no basta que las mujeres reclamen y defiendan sus derechos, si al mismo tiempo no se visualizan e integran como pares, iguales y completas con los hombres en la sociedad, para participar en la transformación de su realidad, donde la justicia, la dignidad y responsabilidad constituyen la base sólida que oriente la visión final de los derechos humanos.
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